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Inmediatamente después de tu operación, tu médico te recomendará que realices actividades físicas como caminar. A medida que te recupere, deberás aumentar gradualmente la intensidad de la actividad física hasta que tengas un programa de ejercicios incorporado a tus actividades diarias y te deberás comprometer a hacer ejercicio de por vida. Los beneficios para tu salud son incontables. Hacer ejercicio es uno de los mejores hábitos que una persona puede tener para llevar una vida saludable. 

Si no tienes experiencia, te recomendamos que te inscribas a un gimnasio donde podrás trabajar con un entrenador para planificar un programa adecuado para ti que te ayude a alcanzar tus objetivos y a evitar lesiones. 

En nuestra opinión los programas de entrenamiento de resistencia son los más efectivos, puedes empezar a hacerlos tan pronto como tu médico te lo indique, que suele ser 6 semanas después de la cirugía. El entrenamiento de resistencia puede realizarse utilizando tu propio peso corporal, bandas de resistencia o pesas.

El ejercicio te ayudará de las siguientes maneras:

Los entrenamientos de resistencia te ayudan a perder peso más rápido al perder grasa y construir músculo al mismo tiempo. La construcción de músculo acelera tu metabolismo, lo que te hará quemar grasa durante todo el día, incluso cuando dejes de hacer ejercicio. 

El ejercicio se traduce en habilidades prácticas en tu vida diaria. Por ejemplo, hacer sentadillas y ejercicios de la parte superior del cuerpo te hará fuerte para poder sentarte y ponerte de pie con facilidad, y te permitirá llevar objetos más pesados y evitar lesiones con seguridad. 

El entrenamiento de resistencia es una forma fácil de empezar a hacer ejercicio y desarrollar la resistencia cardiovascular. Cuando utilizas tu peso corporal o pesas para hacer ejercicio, tu corazón late más rápido y empiezas a crear resistencia cardiovascular para tener un corazón más fuerte.

Dormirás mejor. El ejercicio te garantiza una mejor calidad de sueño. “Tenemos pruebas sólidas de que el ejercicio, de hecho, ayuda a conciliar el sueño más rápidamente y mejora la calidad del mismo”, dice la doctora Charlene Gamaldo, directora médica del Centro del Sueño Johns Hopkins en el Hospital General del Condado de Howard. 

Mejora la salud mental. Los problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión, el TDAH y otros similares, se manejan mejor cuando se incluye el ejercicio en la rutina diaria. Por ejemplo, la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard descubrió que correr durante 15 minutos al día o caminar durante una hora reduce el riesgo de depresión mayor en un 26%. Hacer frente a tu salud mental después de la cirugía es importante, y el ejercicio es una gran herramienta para ello.

Tienes una memoria más aguda. En un estudio realizado en la Universidad de la Columbia Británica, los investigadores descubrieron que el ejercicio aeróbico regular, del tipo que pone en marcha el corazón y las glándulas sudoríparas, parece aumentar el tamaño del hipocampo, la zona del cerebro implicada en la memoria verbal y el aprendizaje.

Tu sistema respiratorio te agradecerá que hagas ejercicio y, en estos tiempos, mantener los pulmones sanos es especialmente importante. Cuando hagas ejercicio, tu corazón y tus pulmones tendrán que trabajar más porque tus músculos demandarán más oxígeno, esto hará que tus pulmones sean más fuertes. 

Como hemos mencionado anteriormente, estos son sólo algunos de los innumerables beneficios que el ejercicio aportará a su vida. Hable con su médico sobre sus preocupaciones y empiece a disfrutar de los beneficios del ejercicio.